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Ella…
Porque honramos muy especialmente
la Santa Eucaristía, que no se deduzca que debamos disminuir nuestra
devoción a la Santísima Virgen. ¡Nada más alejado de nuestro sentir!
Sería blasfemo el que dijera: "A mí me basta con el Santísimo Sacramento; no
tengo necesidad de María".
¿Dónde encontraremos a Jesús en la tierra
sino en los brazos de María? ¿No fue Ella quien nos dio la Eucaristía?
¿Acaso no fue su consentimiento a la Encarnación del Verbo en su vientre
puro, lo que inauguró el gran misterio de la reparación al Padre y nuestra
unión con el Dios Eterno que Jesús realizó en su vida mortal y continúa
haciendo en la Eucaristía? -
San Pedro Julián Eymard
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