|
Ella y San José
Espíritu
Santo, ¡Espíritu de consuelo! Si lo crees conveniente para mi salvación,
para que yo no sea oprimido por la tribulación, haz que yo no caiga.
Poder infinito, ayúdame. Conoces mi debilidad. Deploro mi temperamento
crítico y me decido a estar en guardia. Te doy gracias por inspirarme el
propósito de ser mejor. Concédeme, por la intercesión de san José, que
después de mis pruebas temporales, ya sean exteriores o interiores, pueda
encontrar esa alegría permanente que proporcionaste a José y a su
Inmaculada Esposa.
|
|