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No me basta...
Veo tu Cruz, Jesús mío, y gozo de tu
gracia, porque el premio de tu Calvario ha sido para nosotros el Espíritu
Santo... Y te me das, cada día, amoroso —¡loco! — en la Hostia Santísima...
Y me has hecho ¡hijo de Dios!, y me has dado a tu Madre.
No me basta
el hacimiento de gracias: se me va el pensamiento: Señor, Señor, ¡tantas
almas lejos de Ti!
Fomenta en tu vida las ansias de apostolado, para
que le conozcan..., y le amen..., y ¡se sientan amados!
San
Josemaria Escrivá
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